¿Ambiente tóxico? Cuenta hasta diez y aprende a lidiar con empleados conflictivos. No dejes que entorpezcan tu trabajo; mantén la calma y busca acuerdos para relacionarte con colegas problemáticos

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Uno de los aspectos más difíciles al interior de una organización es tener que lidiar con un compañero de trabajo conflictivo. Basta con que uno sólo de los empleados tenga un comportamiento negativo para romper por completo el ritmo de trabajo y el ánimo entre el resto de los colegas.

Los hay de muchos tipos pero generalmente este tipo de empleados se quejan de manera crónica de sus actividades, adoptan actitudes de resistencia (agresividad o pasividad) y o simplemente son incapaces de relacionarse con otros aún cuando su labor lo requiera.

Casi de manera típica los empleados conflictivos son personas inseguras que entorpecen el trabajo de otros porque sienten celos profesionales o porque se instalan en unza zona de confort de la que se niegan a moverse.

En todo caso, es importante saber reconocer a este tipo de trabajadores y saber actuar en consecuencia para que no interfieran con nuestra productividad. En Jobomas te proporcionamos algunos tips para identificarlos y crear una estrategia que minimice los efectos negativos en nuestro empleo:

 

Identificar el problema

Analiza cuál es el motivo que origina el comportamiento negativo, con qué frecuencia ocurre o el momento preciso en el que se presenta. Es común que dos personalidades distintas ‘choquen’ y si no eres tú el del problema lo mejor es no involucrarse o dejar que las partes lo solucionen de manera personal.

 

Analiza las relaciones

Observa la actitud del empleado tóxico y la manera en que se relaciona con los demás. Su comportamiento puede ser selectivo y no generalizarse al resto de los empleados. Encontrar el factor o la persona que disparan su negatividad puede ayudar a encontrar una solución.

 

Determina la causa.

Este empleado puede tener algunas razones para actuar de forma negativa como incomodidad ante alguna situación, baja autoestima, inseguridad o problemas de personalidad. Si no existe una causa aparente para su comportamiento lo mejor es ignorarlo.

Si pudo identificarse el motivo por el cual este colega problemático actúa de esa manera, ahora es importante acercarse a él y buscar una solución considerando la gravedad del problema y la personalidad del este trabajador. Casi siempre puede lograrse una negociación que traiga fines benéficos para todos.

 

Buscar un encuentro

Es importante hacerlo en privado para mantenerse alejado de la tensión que pueda generar la presencia de un tercero (s). También es necesario tener tiempo suficiente para poder llegar a una resolución y tener el encuentro cuando ambas partes se encuentren en calma.

 

Describir la actitud negativa

Sin juicios ni opiniones personales señala puntualmente cuál es la actitud que genera conflicto y la manera en que está afectando la productividad pero sin hacer alusiones que puedan interpretarse como agresiones. Por ejemplo, “Juan, es difícil saber si estamos trabajando bien si a cada paso que damos recibimos comentarios negativos”.

 

Escuchar y ser comprensivo

Muestra disposición para escuchar los motivos que pudieran estar originando el problema. Se requiere de paciencia para que la otra persona decida abrirse y compartir sus puntos de vista y es necesario convencer al interlocutor de que hay interés por saber sus causas y ayudar a resolverlas.

 

Dirigir un cambio

Aclara cómo te gustaría que fueran las cosas y la relación dentro de la oficina. Expresa tus ideales y mantén la mente abierta para aceptar las propuestas de la otra parte. Demuestra tu disposición para adaptarte y tu confianza en que puede lograrse un cambio realista y aceptable. Establezcan acciones y objetivos puntuales y fijen una fecha para alcanzarlos.

 

Reconoce los cambios

Agradece las actitudes positivas y reconoce los esfuerzos y progresos que pueda presentarse. 

Hay que tener en cuenta que no siempre se puede llegar a un acuerdo positivo ni resolver el comportamiento de un empleado conflictivo además de que en ocasiones implica un desgaste y una pérdida de tiempo. Si este es el caso, lo mejor es buscar una estrategia para minimizar el daño, tratar de adaptarse en lo posible e incluso, ignorar las actitudes problemáticas del colega.

 

Mantener la calma, no discutir, evitar hacer acusaciones infundadas, mantener una actitud firme y conservar la auto-confianza son las actitudes generales que pueden ayudarnos a mantener nuestro trabajo a salvo de los comportamientos negativos de otros.

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